La climatización evaporativa consiste en evaporar agua al ambiente para conseguir un descenso de la temperatura del aire.
Este proceso se produce espontáneamente en la naturaleza. Cuando se evapora agua al aire, el cambio de estado, de fase líquida a gaseosa, requiere gran cantidad de energía, 600 calorías por gramo de agua. Esta energía de absorbe del aire que está en el entorno donde se produce la evaporación. El aire al ceder dicha energia se enfría y el vapor de agua pasa a formar parte de la masa de aire, elevando así su humedad relativa.Para que un proceso evaporativo tenga éxito es importante que la superficie de transferencia del agua y el aire sea lo mayor posible. Gracias a la pulverización a alta presión, se consigue atomizar el agua en microgotas tras un tiempo en suspensión se evaporan en el aire del ambiente.
La refrigeración evaporativa puede usarse con gran eficacia en el 70 % del territorio español. Los parámetros que caracterizan nuestra climatología peninsular de altas temperaturas y baja humedad relativa favorecen la eficacia de este sistema de climatización.
La climatización evaporativa es enormemente versatil ya que la pulverización de agua tiene múltiples aplicaciones.
La climatización evaporativa es altamente competitiva tanto en costes de capital y adquisición como en costes de explotación y mantenimiento, sobre todo si se compara con la equivalente instalación de aire acondicionado por compresor. Por ejemplo: una instalación de aire acondicionado cuesta seis veces más que una instalación de evaporativos. El consumo energético es un 70% inferior.
Por todas estas consideraciones debería fomentarse la utilización masiva de la tecnología evaporativa en España, tanto en viviendas, como en la industria, agricultura y ganadería ya que la mayor parte del territorio es de clima seco y caluroso.